Si quieren profundizar ideas y datos, pueden ver otra de dimensión multinivel (acá) y algunas sobre Europa (británicos e italianos).
PRO,
FAUNEN y las coaliciones no correspondidas
Facundo Cruz
Politólogo, Docente
Universidad de Buenos Aires (UBA)
Hace dos semanas destacamos
en estas mismas líneas un fenómeno (¿nuevo?) que merece nuestra atención diaria.
Si la política actual es (y la futura será) de coaliciones, entonces nos tendremos
que acostumbrar a historias de coaliciones no correspondidas. O amores. Cómo
desee verlo cada uno.
Es un problema de
coordinación propio de la política. No tenemos que sorprendernos. Recordemos rápidamente
el concepto central del cual partimos. Habíamos definido a las coaliciones
multinivel como 1) acuerdos entre partidos políticos que 2) buscan concretar
objetivos comunes, 3) invierten sus propios recursos para hacerlo y 4) se
distribuyen los beneficios de lo logrado, 5) en un sistema que presenta
múltiples niveles de competencia política.
A partir de acá, podemos aportar
lo nuestro para intentar responder la pregunta que todos se hacen últimamente.
Una coalición multinivel entre Propuesta Republicana (PRO) y Frente Amplio-UNEN
(FAUNEN), ¿es posible? Existen, al menos al día de hoy, tres problemas que ofrecen
elementos para tratar de responderla.
Primer
problema: la Presidencia
La principal presión para acordar
con PRO proviene, mayormente, de aquellos intendentes y (candidatos a)
gobernadores de FAUNEN que no perciben un crecimiento electoral de sus propios
candidatos presidenciales. Es un incentivo natural generado por el sistema electoral
argentino: la punta de la pirámide política es presidencial, al igual que el
primer lugar de la larga boleta electoral.
Definir quién se ubica en
esa punta es, tal vez, el principal desafío. Por mucho armado provincial que se
logre, el arrastre de la candidatura presidencial en elecciones conjuntas
(nacionales y provinciales) es clave para competir contra candidatos a
gobernadores que son, a grandes rasgos, peronistas, oficialistas (incumbents) y victoriosos crónicos en
los últimos 10 años. De modo que si los propios no levantan (Julio Cobos,
Hermes Binner y Ernesto Sanz), hay que buscar alternativas. Mauricio Macri (PRO)
es una de ellas.
Esto puede quedar más claro
si retomamos las estrategias que ilustramos hace algunas semanas. La
construcción de una coalición multinivel puede ser desde los niveles inferiores
del sistema político (municipales y provinciales) hacia el superior/nacional (bottom-up), desde arriba hacia abajo (top-bottom) o en las dos direcciones. De
modo que la presión, en este caso, es bottom-up
(los dirigentes provinciales presionan), mientras que las resistencias son top-bottom (los candidatos presidenciales
de FAUNEN integran que integran la dirigencia nacional resisten).
Segundo
problema: la conexión y la militancia
La segunda resistencia proviene
de la ideología. Es un problema recurrente en partidos que, a partir de una
coalición, buscan dar el salto de la vereda opositora a la oficialista. Puede
resultar más sencillo conformar una coalición en la oposición a un gobierno porque
la conexión ideológica se solidifica con la resistencia a las decisiones del
oficialismo.
Las coaliciones del no son más rápidas de
conformar que las del sí. Si nos detenemos a observar las legislaturas
provinciales hoy, no debería sorprendernos encontrar más unión opositora frente
a medidas de los gobiernos peronistas provinciales que diferencias entre PRO,
FAUNEN y otros tantos.
Esto se vincula directamente
con la base militante; la cual es, en definitiva, parte de los recursos
dispuestos para motorizar las coaliciones. En toda construcción política es más
fácil ser pragmático y menos ideológico en la pirámide dirigencial que en la
base militante. Esto no es menor a la hora de coordinar una coalición electoral
con una candidatura que no es propia. La militancia de FAUNEN lo siente así.
Como ya dijimos, para que
una coalición funcione adecuadamente tiene que tener más en común que las
diferencias que los separan. Si las bases militantes perciben mayoría de
diferencias que puntos en común entre PRO y FAUNEN, entonces los incentivos
colectivos para que se integre de manera sólida se reducen notablemente.
Tercer
problema: la integración
El tercer problema que se percibe
es más que nada temporal. ¿Por qué? Una coalición (especialmente, una
multinivel) tiene distintos momentos políticos para formarse: uno electoral,
otro de gobierno y otro (re) electoral si decide volver a presentarse.
Las resistencias de
dirigentes nacionales y militantes de FAUNEN para aliarse con PRO se deben a
que están ansiosos o apurados (o las dos). Natural, claro. Ansiedad que se
manifiesta en querer conformar una coalición electoral pensando en cómo se
comportará la coalición de gobierno. En otras palabras: el temor nace de que la
latente desconexión ideológica electoral luego puede manifestarse en la
imposibilidad de lograr unidad de gobierno que garantice gobernabilidad. Valga
la redundancia.
Esta ansiedad y su apuro
impactan directamente en la integración de la coalición. Impactan en lograr
aglutinar todos sus componentes internos en una coalición electoral
nacional-subnacional disciplinada, sólida y coherente. Sin conexión ideológica,
no podemos esperar integración política.
¿Hay
respuestas a los tres?
PRO y FAUNEN se necesitan mutuamente.
Los primeros tienen al candidato presidencial y datos de las encuestas. Los
segundos la estructura partidaria, la base militante y (mayores) recursos
políticos para competir con chances. A ninguno de los dos le resulta
conveniente dividir el polo no peronista del electorado en dos opciones
electorales separadas. Se reducen notablemente las chances. De ambos.
Pero, sin desesperar, se
pueden encontrar mecanismos de solución a estos tres problemas.
Primero, que FAUNEN pierda
al Presidente no implica que lo haga con la Presidencia. Existen cargos que si bien
no reemplazan, sí compensan. La Vicepresidencia es uno de ellos. Tampoco
olvidemos la dimensión multinivel ni las gobernaciones. Importantes
compensaciones.
Segundo, una eventual
coalición de gobierno PRO-FAUNEN bien puede distribuir los cargos ministeriales
en base a un criterio de proporcionalidad: quién alcance mayor cantidad de
bancas en el Congreso Nacional, puede alzarse con una mayor cuota de ministros
del gabinete nacional. Más compensaciones.
Tercero, el funcionamiento
de ese equipo de gobierno no necesariamente tiene que ser personalista. La
integración electoral puede convertirse en integración de gobierno y la toma de
decisiones puede ser colectiva. Sería la primera vez. Pero sería nuevo definitivamente.
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