Ya la semana pasada planteamos
un escenario de incertidumbre. No lo charlamos con Leviatán ni con Doña Rosa,
pero sí lo compartimos en otro
medio amigo. Como todo lunes a la mañana poste electoral, arrancó la danza
de pataletas contra las encuestadoras. Pobres: no hay que ser tan duros. Uno
puede estimar la intención de voto hasta 48 hs antes de las elecciones, pero lo
único que cuenta es lo que entra en la urna cada domingo. Y ahí puede pasar de
todo.
Lo interesante es otra
discusión. Lo que atrae es otro tipo de dato. Lo que gusta es ver cómo se votó
en cada provincia. Asi que acá tiramos muchos datos y algunas conclusiones
iniciales.
1.
Las preferencias electorales se congelaron entre PASO y primera vuelta. La “big
picture” de las elecciones nos dicen que el boliche quedó tal cual lo dejaron
cuando cerraron la puerta. En términos generales, las coaliciones Cambiemos y FPV
mantuvieron su peso territorial en distritos específicos. La primera, coalición
sólida y ganadora en las provincias metropolitanas (Ciudad y Provincia de
Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza). La segunda, consolidada en los
distritos más chicos, periféricos, con menos peso electoral y con mayor control
del PJ.
Como una imagen vale más que
mil palabras, acá pueden verlo mejor.
Gráfico
N° 1. Mapa distribución geográfica del voto. Primera vuelta
presidencial Argentina, 2015.
Fuente: La
Nación.
Nos atrevemos a otra idea
innovadora. Si miran ese mapa, verán dos estrategias. La coalición oficialista
FPV se ha extendido por difusión en todo el territorio: ya asentada en el terreno
desde hace 12 años, solo tuvo que mantener lo conquistado. La coalición challenger Cambiemos se ha construido
recientemente por penetración territorial desde el centro y hacia los márgenes.
Le robó territorio al FPV.
Gracias Panebianco.
2.
Algunos ganaron un poco, otros perdieron bastante. Pero
si nos metemos a ver en detalle la distribución territorial del voto y
comparamos PASO vs. primera vuelta presidencial, la cosa cambia. Un poco. No
mucho.
En el Gráfico N° 2 se puede
comparar la proporción de votos de las 6 coaliciones en las primarias en
comparación a las elecciones celebradas ayer. Las tendencias generales son similares,
con pequeños retoques entre los colores que se empujan unos a otros.
Gráfico
N° 2. Distribución geográfica del voto en PASO y primera vuelta
presidencial Argentina, 2015.
Fuente:
elaboración propia en base a datos suministrados por Dirección Nacional
Electoral (http://www.resultados.gob.ar)
y Andy Tow (http://andytow.com/blog/). Quien
desee ver las imágenes más grandes por separado puede hacer click
aquí para PASO y aquí
para primera vuelta.
¿Sorpresas? Algunas. Primero, Córdoba,
Santa Fe y San Luis dan la nota. En esos tres distritos Cambiemos aumentó su
caudal de votos, a costas de las tres coaliciones peronistas: FPV, UNA y
Compromiso Federal.
Segundo, Tucumán sale del
pelotón de provincias donde el FPV gana por afano. Efecto Cano, efecto quemas,
efecto fraude: puede tener mil nombres. No es tan relevante la causa. Pero sale
del norte periférico y se mete en el centro metropolitano.
3.
La letra chica del mercado de votos. La Tabla N° 1 da muchos más
datos y más jugosos. Con eso podemos entender un poco más las dos tablas
anteriores.
El FPV perdió votos en
provincias donde esperaban contener a la tropa: Tucumán, Jujuy, San Juan,
Formosa y Catamarca. En menor medida pero esperable, también en San Luis. Donde
ganó votos no lo hizo en las proporciones que esperaba o que, al menos,
necesitaba. Sino presten atención a Córdoba, Santa Fe y la Ciudad de Buenos
Aires. La Provincia de Buenos Aires es el colmo del gobernador: oficialismo sólido,
tradicionalismo justicialista, territorio impenetrable y menos de mil votos de
ganancia. Un lastre.
Y lo que perdió el FPV lo ganó
Cambiemos, en mayor medida, y UNA, en menor medida. Radicales, PRO y lilitos la
rompieron en territorio bonaerense y Córdoba, sumando casi un millón de votos
adicionales en ambos distritos. En ambos distritos funcionó la fórmula estructura radical más candidatos PRO y CC-ARI. En la Provincia de Buenos Aires hay mención especial: los candidatos a intendentes fueron el factor decisivo y arrastraron voto desde abajo hacia arriba. Crecieron también (pero menos) en Mendoza y
Tucumán.
Massa, por su parte, sufrió la
pérdida del ferne’ con coca: el traslado de votos es casi automático en uno de
sus bastiones. Pero compensó con Santa Fe, Salta, Jujuy, las provincias del norte
y algo del sur. Se mantiene como el árbitro para noviembre. Tendrá que renovar
tarjetas, silbato y vestimenta.
Tabla
N° 1. Total de votos coaliciones FPV, Cambiemos y UNA. Paso y
primera vuelta presidencial Argentina, 2015.
Fuente: elaboración
propia en base a datos suministrados por Dirección Nacional Electoral (http://www.resultados.gob.ar) y Andy
Tow (http://andytow.com/blog/). Los
datos de la primera vuelta presidencial son los suministrados por el portal
oficial con 97,19% las mesas escrutadas en el recuento provisorio.
Reciclamos
el remate. Ya lo dijimos hace una semana. El juego está abierto. Va a
ser minuto a minuto y desde el punto del penal. Eso es lo lindo de la
democracia representativa: una combinación de certidumbre en el proceso
electoral con incertidumbre sobre el resultado final. Y así permanecerá hasta
el noviembre próximo.
Los que las PASO y la primera
vuelta no resolvieron seguramente el
ballotage lo podrá hacer. No queda
otra. No hay más vueltas.
Al menos, si Doña Rosa oficialista y Doña Rosa opositora se mantienen firmes en sus preferencias electorales.
Al menos, si Doña Rosa oficialista y Doña Rosa opositora se mantienen firmes en sus preferencias electorales.
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